En un insólito episodio en el polígono de Tudela, un conductor fue sorprendido realizando acrobacias temerarias mientras, irónicamente, las autoridades leían matrículas con el OCR. Esta audaz exhibición de habilidades al volante no pasó desapercibida, y pronto el protagonista de esta historia se encontró enfrentando una serie de consecuencias legales.
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